A continuación se reflexionará, analizará y se conocerán los aspectos referentes al concepto de Nirvana, en la Filosofía Budista tomando también, como referencia, las reflexiones de publicaciones anteriores sobre el tema en este mismo blog, para lograr un compendio completo de todo lo referente al Nirvana.
El Nirvana, una Meta de Inefable Felicidad y Liberación:
Liberación. |
Para algunos occidentales el nirvana, es el aniquilamiento total, y para otros, una existencia eterna de inefable e indescriptible felicidad. Los hombres de Occidente sienten el anonadamiento después de la muerte como el peligro máximo, sólo conjurable por la existencia de un alma inmortal. Si no se acepta la existencia de ese principio espiritual, el hombre después de la muerte es solo cenizas. El ansia de la inmortalidad caracteriza así a la cultura Occidental.
Pero el problema para el hombre indio es totalmente diferente. Después de la muerte se ve condenado a un devenir interminable, hecho de nacimientos y muertes sin fin en esta realidad contingente, dominio del sufrimiento. El ansia de liberación de esa cadena de existencias (samsara) caracteriza así a la cultura de la India.
Por otro lado el Buda nunca se refirió al nirvana en términos positivos, "así como no se conoce el destino del fuego ardiente que golpeado por el martillo se extingue de manera gradual, así tampoco se conoce el destino de los que se han liberado totalmente". Sin embargo los budistas tienen al nirvana por un estado gozoso y siempre esculpen al Buda sonriente en su éxtasis.
Se dice que el ex rey Bhadiya, preguntado por Buda, por qué andaba exclamando "¡qué felicidad!", respondió:
Representación
del Buda en estado de éxtasis.
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"Ahora, señor, donde quiera que me encuentro, aunque esté solo, vivo sin temor, confiado, sin miedos, despreocupado, en paz, con lo que los otros me dan, con mi mente libre como un animal del bosque. Es por esta razón, señor, que yo, donde quiera que me encuentre, pronuncio, repetidamente esta exclamación ¡qué felicidad, qué felicidad!".
Buda hizo entonces el siguiente comentario:
"Los dioses no pueden alcanzar con la mirada a aquel hombre en cuyo interior no existe cólera, que esta más allá de cualquier forma de existencia o de inexistencia, cuyos temores han cesado, feliz y libre de pena. Cuando el sabio brahman por su sabiduría ha llegado por si mismo al conocimiento, entonces se libera de la forma y de la no forma, de la felicidad y del sufrimiento".
"Los dioses no pueden alcanzar con la mirada a aquel hombre en cuyo interior no existe cólera, que esta más allá de cualquier forma de existencia o de inexistencia, cuyos temores han cesado, feliz y libre de pena. Cuando el sabio brahman por su sabiduría ha llegado por si mismo al conocimiento, entonces se libera de la forma y de la no forma, de la felicidad y del sufrimiento".
Más allá de cualquier forma de existencia (bhava) o de inexistencia, en realidad el nirvana, la liberación, es indescriptible, inimaginable e inconcebible.
"Existe, oh bhikkus, aquel dominio en que no se dan ni la tierra ni las aguas, ni el fuego ni e aire, ni el dominio de la infinitud del espacio, ni el dominio de la infinitud de la conciencia, ni el dominio de la nada, ni el dominio del conocimiento, ni este mundo ni el otro, ni el Sol ni la Luna. Yo os digo, oh, bhikkus, que ahí no se entra, que de ahí no se sale, que ahí no se permanece, que de ahí no se decae y que ahí no se renace. Carece de fundamento, carece de actividad, no puede ser objeto del pensamiento. Es el fin del sufrimiento" (Udana VIII, 1).
Si no existiese ese Absoluto, lo por completo diferente, lo absolutamente otro, sólo existiría esta realidad y nada fuera de ella, hacia donde el hombre pudiera escapar. Cuando se llega al nirvana, escapa ya uno a todo conocimiento, se destruyen los caminos del lenguaje que llevaban a él. Quien alcanza el nirvana, no puede llevar consigo nada de lo que constituye su realidad, ni vida emocional, ni personalidad, ni conciencia, todo cesa al salir de los límites de esta realidad contingente.
Fenómenos de la realidad contingente. |
Incluso el estado transitorio de nirvana que alcanzan los monjes budistas en vida, y probablemente todo trance yóguico. Según la experiencia personal del Buda, comporta la interrupción de casi todos los procesos mentales, el vaciamiento casi total de la conciencia. Pero este aniquilamiento no es el aniquilamiento tal como lo entendían los charvakas, para los cuales todo terminaba con la muerte, sino un salto hacia la trascendencia.
Lo Absoluto Budista, el Nirvana, tiene similitudes con lo Absoluto de los textos de las Upanishadas védicas del Hinduismo, como el Brahman, pero existe una profunda diferencia entre ambos, mientras el Brahman es definido en términos de ser, plenitud y conciencia (Universal, no individual), el nirvana (extinción) es un absoluto de signo negativo, lo absolutamente otro, Sunyata (lo vacío), término que jugaría un rol de primerísima importancia en la especulación budista posterior al Buda. Por consiguiente, para el Buda no cabía la posibilidad de Dios, que sí era posible para el hinduismo. Más aún, pues no se puede llegar al Nirvana mediante ritos brahmánicos ni con ayuda de la gracia divina, sino por el propio esfuerzo personal, en un aislamiento hecho de desapego y de renunciamiento. No hay predestinación ni fatalismo, cada cual llega hasta donde realmente quiere, libertad, autocreación e individualismos superlativos.
"El Nirvana: Lo Otro",
El punto de partida de la reflexión budista era doble, una constatación (el sufrimiento universal), y un principio (el principio de razón suficiente), todo tiene que tener explicación, una causa. Buda no necesitaba buscar la causa del mal en algún ser sobrenatural o en la naturaleza inminente del ser o de la acción, porque la encontró en los entresijos del hombre.
El ciclo de las reencarnaciones, simbolizado por una rueda que todos los monasterios budistas de antaño colocaban a su entrada, se mueve en virtud de la dependencia en círculo de doce causas: sufrimiento - nacimiento - existencia - apego - deseo - sensación - contacto de los seis órganos de los sentidos con sus seis objetos sensibles - órganos y objetos sensoriales - individualidad - conciencia - residuos kármicos - ignorancia de la verdad (dharma).
Ruedas Budistas, símbolos del constante cambio y las reencarnaciones. |
El dolor viene de la impermanencia misma de la existencia, de modo que, como lo advierten las más antiguas upanishadas, el apego a la existencia es la raíz del sufrimiento. Cual polillas acercándose a la lumbre mortal, los hombres gozan sufriendo.
Los Monjes y las ruedas budistas. |
Pero las pasiones y los deseos no son inexorables. Si queremos, podemos secar la fuente del deseo, que es nuestra ignorancia del orden del mundo (dharma, ley, ley natural). La misión del bodhisattva consiste justamente en enseñar el dharma, quien lo comprende y asimila perfectamente, ha "atravesado a la otra orilla", vive en este mundo sin vivir en él.
cuando la conciencia cesa, cesa la individualidad;
"El Yo, una Ilusión",
La conciencia y el yo del ser, como ilusión. |
Causa y efecto del no ser en sí, de todo cuanto existe. |
Por otra parte, un yo eterno no explica nada. Pues una causa eterna únicamente puede producir efectos eternos, ya que si los produjera impermanentes, habría que inquirir qué condición causa su existencia y su aniquilación, como el yo eterno, por definición no cambia, habría algún factor extraño a él que intervendría, pero entonces esa condición "no-yo" bastaría para explicar el efecto, haciéndose inútil recurrir a una causa eterna. Claro, cada una de estas premisas es discutible, pero así lo argumentan algunos budistas. Para otros, como Nagarjuna de quien hablaremos en otra publicación, el concepto mismo de causalidad es contradictorio.
El Camino al Nirvana y la Ética Budista,
Desprendimiento espiritual del pensamiento lógico. |
Pero la concentración mental implica todo un escenario de esfuerzos preliminares que predisponen el espíritu, desde luego, la postura, respiración, silencio y luminosidad adecuados, también el sueño, alimentación y guía pertinentes. Y una vida moral correcta, donde las intenciones, han de responder a los hallazgos, los actos, palabras y medios materiales en que tales intenciones se pongan por obra, y que deben contribuir a la paz interior.
Como mínimo, el Buda prescribía cinco mandamientos que son: no violencia deliberada, no apropiación indebida, continencia respecto a la mujer del prójimo, no engaño, no ingestión de alcohol. Es evidente que los tóxicos inhiben la concentración, por otro lado, la afición a los bienes, y a los seres queridos restan lucidez a la meditación y distraen del ejercicio de tener presente, y aplicar constantemente lo aprendido.
Meditación para la paz interior y la conexión con el todo cósmico. |
Finalmente,
El Arhat o Arhant (El que ha Alcanzado El Nirvana) está " más allá del bien y del mal", o sea, del bien al que uno se apega y del mal del que uno huye. La doctrina budista contiene muchas paradojas chocantes, de las que Siddharta, el Buda, carente de formación filosófica y afectado, de remate, por un prurito o perfección de la metafísica innata que tenia, tal vez ni se percató. Una de ellas es el concepto de bodhisattva, ente en quien la benevolencia suprema hacia los hombres nace justamente del conocimiento perfecto de la inexistencia de los hombres.
A continuación dejo un vídeo que explica como concepto el monje budista Thich Nhat Hanh, la práctica de la Libertad, por medio de la capacidad que tiene el Nirvana de eliminar las percepciones o ideas equivocadas acerca del ser y no ser de todo cuanto existe en el universo, en profundidad.
A continuación dejo un vídeo que explica como concepto el monje budista Thich Nhat Hanh, la práctica de la Libertad, por medio de la capacidad que tiene el Nirvana de eliminar las percepciones o ideas equivocadas acerca del ser y no ser de todo cuanto existe en el universo, en profundidad.
Espero les haya interesado y gustado!!!