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domingo, 28 de febrero de 2016

El Profundo Pensamiento de Lao-Tse

Si nos sumergimos en las tradiciones acerca de Lao-Tse, resulta que son tan dispares, que nada seguro se puede decir, no solo de su biografía, sino que ni siquiera de su existencia. Según la versión más divulgada se habría tratado de un archivero de la corte de Chu, emigrado al Tíbet cuando esta dinastía cayó en desgracia (¿ siglo VI antes de Cristo?).
Se le atribuye un fin maravilloso, después de componer su famoso tratado el Tao-Te-King, habría penetrado en la eternidad, cabalgando en un búfalo.
Lao-Tse y el Tao-Te-King (con su símbolo dualista del Yin-Yang).
La voz de Lao-Tse es una invitación al viaje, al renunciamiento y al olvido, un sumergirse panteísta  en la preconsciencia cósmica, una catártica brisa rousseauniana en las llanuras de China, una rugiente protesta contra el saber congelado de Confucio, contra todas las leyes, ritos y convenciones humanas, que distorsionan la espontánea dialéctica del Yin y el Yang, que jamás se detiene ni se manifiesta en la misma forma. Todo en la naturaleza es identidad y oposición al mismo tiempo. Todo "es" y "no es". " Todo es nada y nada es todo" exclamaría su gran discípulo del cual ya hemos hablado algo Chuang-Tse.
Se le atribuye a Lao-Tse la redacción del Tao-Te-King (Libro de la fuerza de la vida o sobre la virtud del Tao), no siempre fácil de comprender, en que el Tao aparece como principio y fundamento del orden físico y moral del universo, algo así como "el principio eterno de todas las cosas, la fuerza que sostiene todo cuanto existe, la ley presente en la obra del mundo, sin hablar ni obrar, sino trazando la línea del justo, el Único Eterno, el supremo principio del mundo material y moral".
Según el propio Lao-Tse:
La Puerta del Último Secreto.
El Tao del cual se habla no es el Tao.
El Camino de los Caminos no es el camino diario.
El Nombre de los Nombres no es el nombre diario.
El Ser del Gran Todo no puede ser nombrado.
Pero el porvenir del individuo puede serlo.
En efecto, el que discierne de lejos, ve bien.
Quien está bien orientado, ve a través de las nubes.
Este doble principio no es una oposición
más que en la representación que se hace de él.
Es el Insondable, sobre quien todo reposa,
la puerta del último secreto.
Para llegar a este "Camino", el hombre tiene que  apartar la ilusión de este mundo, universo fugaz y mentiroso, sujeto al cambio Yin-Yang, del cual se desprende lo siguiente:
Lo Inmaterial, la energía del Vacío
 de las cosas como verdadero ser de todo.
Treinta radios se juntan en el eje.
Pero el vacío que hay entre ellos diseña la forma de la rueda.
Se fabrican las ollas con arcilla.
pero el vacío que la arcilla  rodea constituye el ser de la olla.
La casa esta formada por muros, ventanas y puertas,
pero el vacío que hay entre ellos constituye el ser de la casa.
Conclusión: El material es útil,
pero es lo inmaterial lo que engendra el ser verdadero.
Alejada la ilusión, se deduce que el verdadero conocimiento no debe buscarse en el exterior, sino en sí mismo:
Se puede conocer a los hombres, sin salir de casa.
Sin mirar, se puede profundizar con la mirada interna.
El que abarca mucho, poco aprieta:
Por eso el sabio alcanza su meta sin andar,
sabe sin observar, acaba sin querer.
Momia de Monje Budista Meditando Eternamente.

Este programa de "acabamiento sin querer", "de acción sin obrar" (el Wu-Wei es el arte de ser activo permaneciendo pasivo), esta expresado en el siguiente pensamiento o postulado:
El camino del Todo es alcanzar el equilibrio sin combatir.
El camino del hombre es obrar sin contrariedad.
y el siguiente pensamiento o postulado puntualiza lo siguiente:
El estudio lleva lejos y cada vez más lejos.
El camino queda siempre más atrás, en el no querer.
Pues no querer ni obrar es el ser de la comunidad.
Ausencia perpetua del querer particular, pues la voluntad
del individuo no proporciona orden a ninguna comunidad.
 
La meta del equilibrio a partir
de la energía del vacío de todo
cuanto existe comprendiendo el
 camino medio para ello.
Todo esta conectado con todo,
y el hombre es una muestra del
universo.
En resumen, el Taoísmo de Lao-Tse incita a retirarse de las vanidades del mundo, a evitar la vida pública, a entregarse a la meditación, la ascética y mística. Esta tendencia le permitió también aglomerar diferentes creencias, a menudo populares, de tipo mágico, rechazadas por el racionalismo de Confucio del cual se cree era su contemporáneo en la antigua China, y que decía "La medida del hombre es el Hombre", pero para el viejo Lao-Tse, en cambio, "La medida del hombre es el Universo. Toda ley, toda regla, toda norma establecida por los hombres es mala, innecesaria y negativa. No hay más ley que la de la naturaleza".
Denotándose de esta manera que estos dos genios opuestos, ven las cosas desde el punto de vista místico uno y activo y práctico el otro. Pero que a su vez están unidos en la esencia de la que ellos mismos hablaban, independiente de su forma de enseñarla, vivirla y aplicarla, y que con mucho valor y energía hacían esfuerzos por encontrar una solución al vacío percibido, tal cual como a los pies del Himalaya, en el actual Nepal y en la antigua India vivía y predicaba SiddHarta Gautama, el Buda, sobre tales asuntos, transformando las tradiciones filosóficas y religiosas de su pueblo y del mundo entero para siempre, con su maravillosa y profundísima filosofía Budista.

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