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jueves, 11 de febrero de 2016

Los Mándalas como Creaciones de Realidad.

Una de las formas de expresar las creaciones realizadas en la vida, y que se suelen utilizar desde hace miles de años hasta el día de hoy, de manera gráfica a través de la creación de diagramas simbólicos complejos, es a través de los Mándalas.
Mándala realizado por monjes budistas.
Estos han sido hechos y deshechos por los maestros y monjes tibetanos desde hace muchos siglos. En realidad estos representan en estricto rigor el proceso de creación de la realidad de las cosas del mundo, o la creación de realidades, que son realizadas en la vida por las personas,  así como este usa su imaginación para después llevar a cabo en la práctica las cosas que imagina y piensa, por ende esta creando realidades, que van desde complejos proyectos científicos y artísticos, hasta cosas cotidianas del día a día, como el simple hecho de solamente leer este articulo, mover el mouse del computador con la mano, mirar hacia uno u otro lado, o simplemente respirar y moverse, por lo tanto ya estamos creando realidades en todo momento, en el budismo a las cosas de la vida que son realizadas siempre en este mundo, en todo momento, se le llaman mismidades, es decir son las cosas del aquí y ahora que se hacen en el camino medio, en el equilibrio en el que nos encontramos, entre las cosas que no son, para ser y así seguir siendo en todo momento, lo que implica que las cosas son impermanentes o están en un constante cambio que es lo único constante.

Tradicional Mándala Tibetano.
 Los Mándalas representan la creaciones del ser humano en este mundo, es decir vivir y sentir el proceso de creación de las cosas en este mundo, imaginar y realizar algo, teniendo conciencia viviendo y sintiendo lo que se realiza, entender  que se está creando en todo momento realidades a través de las cosas que hacemos, y los mándalas son una forma compleja y detallada que a través de símbolos circulares, con figuras geométricas cuadradas, triangulares, en diferentes tamaños dentro de este gran circulo principal, con muchos detalles y colores que siguen un patrón más bien lógico y secuencial no disperso, realizado con arenas de colores y cinceles de diferentes tamaños para realizar las figuras, que pueden demorar muchos meses en su realización, estos son contemplados y admirados por su gran belleza, para luego después de un tiempo y de un arduo trabajo o proceso creativo,  conscientes de la mismidad de la vida, del camino medio en el que estamos, creando realidades, cosas que suman el estar de nuestro ser en esta vida, que luego es deshecho o destruido para siempre, como símbolo de que todas las cosas son impermanentes, están en constante cambio, que así como se hizo un mándala, se puede realizar otro igual o mejor de complejo y bello que el anterior, símbolo final también del desapego que se debe tener con las cosas materiales y sensoriales de este mundo, que de apegarnos a ellos nos generan sufrimiento finalmente, dado que estas no son eternas.
Monjes borrando y eliminando un Mándala.
Algo así como si un artista, un pintor destruyera su gran obra de arte, la quemara hasta hacerse cenizas, o un escritor que quema su libro o novela después de terminarla, pues esta consciente aunque suene absurdo o ilógico, de que incluso haciendo eso esta creando nuevas realidades en su vida, así como cuando creaba la obra  que realizaba, sintiendo y viviendo el proceso de crear cosas, de crear realidades y de dejar ir a estas mismas para seguir avanzando y seguir creando cosas nuevas que van a seguir yéndose, pero que al menos enseñará al hombre a no sufrir tanto cuando lo deseado se valla.
Actualmente los mándalas son de uso incluso terapéutico, dado que en base a unas formas, hay que colorear a gusto como un niño estas bellas figuras, que por sus colores parecieran emanar una energía positiva, pero en realidad lo terapéutico seria hacerlo así como un artista, un pintor con un lienzo en blanco crear desde cero sus propias figuras, y una vez terminado, y contemplado este sea eliminado, ya se regalándolo, o si quieres botándolo a la basura independiente de su belleza y grandeza, para luego seguir con el siguiente y así sucesivamente hasta comprender el vivir de la realidad de este mundo, como un símbolo de aceptar los cambios, y que las cosas nos son eternas para que estas mismas sigan siendo.
Universo (mándala) naciente hace 13.700 millones de años.
Quien sabe si nuestro universo infinito al fin y al cabo es tan solo un Mándala más de muchos universos o mándalas creados por una energía creadora increada que en si mismo a su vez puede ser otro gran Mándala.

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